Fábula El lagarto y el suricato

En una reunión de animales, el suricato presentó una hermosa danza que lo hizo acreedor de la simpatía de los todos espectadores, por lo que fue elegido rey. El lagarto, celoso por no haber sido

En una reunión de animales, el suricato presentó una hermosa danza que lo hizo acreedor de la simpatía de los todos espectadores, por lo que fue elegido rey.

El lagarto, celoso por no haber sido él escogido para gobernar, vio un trozo de comida en una trampa de cazadores y llevó allí al suricato y le dijo que había encontrado un maravillo tesoro únicamente digno de los reyes, por lo cual, en lugar de tomarlo para dárselo a él, lo había resguardado en el sitio para que fuera el suricato personalmente quien lo tomara, pues era una exclusiva prerrogativa real.

El suricato se abalanzó a la trampa sin mayor reflexión, y quedó prensado de ella.

Entonces el lagarto, a quien el suricato acusaba de tenderle aquel ardid, respondió:

—¡Eres un imprudente, suricato, y aun así pretendes ser el rey entre todos los animales!

Moraleja: reflexiona antes de actuar y evalúa las posibilidades.

1 comentario en «Fábula El lagarto y el suricato»

  1. Qué final tan abrupto, cierra muy rápido todo sin dejar saber qué que fue de los animales, hasta parece que no tiene que ver la fábula con la moralejas, está muy metida a la fuerza. Y mal redactado.

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