Fábula El Ratoncillo Valiente

Un bonito día soleado, iba un ratoncillo paseando alegremente por el bosque, cuando se encontró con un ciervo, que comenzó a burlarse de él. El ratón, ofendido, preguntó al ciervo porqué se reía tan descaradamente

Un bonito día soleado, iba un ratoncillo paseando alegremente por el bosque, cuando se encontró con un ciervo, que comenzó a burlarse de él.

El ratón, ofendido, preguntó al ciervo porqué se reía tan descaradamente de él sin haberle hecho nada. El ciervo, con desdén, le espetó que si no le daba vergüenza pasearse así, siendo tan pequeño. Que alguien podría pisarle sin darse cuenta.

El pobre ratoncillo se alejó cabizbajo y muy avergonzado. Unos días después, el ratón, mientras paseaba por el bosque, en busca de nueces para llevar a casa, oyó grandes gritos. Era el ciervo el que chillaba, mientras era perseguido por un enorme elefante.

El ratón se acordó de que los elefantes tenían mucho miedo de los ratones, así que, sin dudarlo, se plantó delante del elefante, y levantando sus pequeños bracitos, le gritó:

– ¿Así que te atreves con los pobres indefensos, eh? ¿Qué tal si te enfrentas a mí, valiente? – gritó el ratón, seguro de sí.

El elefante, al ver al ratón, frenó en seco y, rápidamente, dio media vuelta saliendo despavorido.

El ciervo, fatigado después de la larga persecución que había sufrido, no pudo contener un gesto de vergüenza al ver que el ratoncillo del que tanto se había reído, le acababa de salvar.

Inclinando su cabeza, humildemente pidió disculpas al ratón y reconoció su mal comportamiento, al haberse creído superior, sólo por ser grande y bello. El ratón, de buen grado las aceptó y desde aquel día fueron compañeros inseparables.

Moraleja: Todos merecemos el mismo respeto, sin importar las cosas que nos diferencian.

Deja un comentario