Fábula La gacela y la rana lista

En esta fábula sobre el valor de la inteligencia, personajes en forma de animales nos cuentan una moraleja importante.

Había una vez una gacela presumida que estaba todo el día jactándose de lo veloz que era. Constantemente estaba repitiéndoles a todos los animales que se encontraba que no había quien corriera más que ella.

Un día, cansada de oírla decir siempre lo mismo, una rana muy lista decidió darle una lección. Con aires de suficiencia, le retó a una carrera insinuando que ella era más rápida que la gacela. Por supuesto que la gacela aceptó el desafío, entre risas y desprecios hacia su pequeño rival.

Cuando la carrera dio comienzo, la rana dio un ágil salto y se posó encima del lomo de la gacela, que no advirtió lo que había pasado, concentrada como estaba en derrotar a su rival.

De vez en cuando la gacela se volvía para comprobar que la rana no la seguía, convencida de su segura victoria. Como no veía a su rival, pensaba que la había dejado muy atrás y se acercaba a la meta saboreando las mieles del triunfo.

Cuando la gacela estaba a punto de llegar a la meta, la rana dio un enorme salto y cayó por delante de la gacela, cruzando la meta en primer lugar. La gacela no podía creerse que la rana le hubiera ganado. Pero, ¿cómo podía haber corrido tan rápido?

De este modo y, gracias a su inteligencia, la rana le dio una merecida lección a la gacela, quien, desde ese momento, no volvió a pavonearse de su gran velocidad.

Moraleja: Con inteligencia se puede vencer a la mayor de las habilidades.

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