Un niño muy sucio y harapiento estaba parado al lado de la puerta de una frutería. No compraba, ni se movía del lugar, solo miraba las frutas y a los lados como esperando algo.
De pronto pensó que nadie lo miraba y rápidamente tomó dos manzanas, pero la hija del dependiente lo vio y le llamó la atención.
-¡Oye! estás robando, ¡policía, policía, este niño está robando!
El padre de la niña salió y tomó al niño por el brazo, que trataba de escapar desesperado.
-Por favor señor, no me haga daño, perdón, no quería robar, pero somos muy pobres y mis hermanitos tienen hambre, solo quería llevarles algo de comer.
El hombre se compadeció del niño y en vez de acusarlo, tomó varias frutas y se las dio.
-Toma, lleva a tus hermanos, pero no vuelvas a hacerlo, robar es malo y te puedes meter en problemas.
-Gracias señor, dios se lo pague- dijo el niño conmovido- algún día lo recompensará.
El niño salió apresurado a su casa a llevar las frutas a sus hermanitos para que pudieran comer. Al llegar todos estaban felices, comieron a gusto y el niño nunca contó lo que había sucedido.
Años más tarde el dependiente de la frutería, ya viejo y cansado seguía trabajando. Ya estaba solo, sus hijos se habían ido de su lado a hacer sus vidas. Intentaba levantar una caja y sintió un dolor muy fuerte en el pecho y sin darse cuenta se desmayó.
Cuando despertó, estaba en un hospital, a su lado estaba un hombre que al darse cuenta que el dependiente despertaba, se paró a su lado, para tranquilizarlo.
-Descanse, ya todo está bien.
-¿Qué hago aquí? ¿qué paso?, yo no puedo pagar esto.
-No tiene que pagar nada señor, ya todo está pago, afortunadamente yo venía pasando en frente de su tienda y pude traerlo a tiempo.
-Hijo pero yo no puedo pagarte, mi tienda no vende tanto y tengo poco dinero.
-Usted ya me pagó señor, hace muchos años, cuando no me delató y me regaló frutas para dar de comer a mis hermanos. Estamos a mano.
El señor recordó aquel día, y apretando la mano del hombre que salvó su vida, sonrió.
Moraleja: Has bien, que todo lo que haces tarde o temprano regresa a ti.